La Plataforma de Afectados por la Línea 7B del Metro ha vuelto a alzar la voz contra la gestión de la Comunidad de Madrid, presidida por Isabel Díaz Ayuso, tras un verano marcado por desalojos, demoliciones y la incertidumbre de decenas de familias. Más de veinte hogares han sido arrasados en los últimos meses, dejando a las familias afectadas en una situación de desamparo similar a la de las personas desplazadas en años anteriores.
La Consejería de Transporte ha justificado las recientes intervenciones a través de dos contratos de emergencia, aprobados en julio y dotados económicamente en septiembre. Estas actuaciones han implicado el cierre casi total de la línea 7B, entre Hospital del Henares y Barrio del Puerto, para ejecutar nuevas obras de consolidación. Sin embargo, según documentos de la propia dirección técnica, estas medidas no representan una solución definitiva, sino parches temporales para una infraestructura cada vez más comprometida.
En la actualidad, las obras se concentran en el entorno de la estación de Jarama, en San Fernando de Henares, donde el túnel del metro presenta hundimientos severos que afectan al terreno circundante.
Por su parte, la empresa INTEMAC, encargada de los estudios técnicos, ha identificado problemas graves en el tramo de Coslada, donde la disolución y filtración de sales están deteriorando el trazado suburbano entre las estaciones de La Rambla y Coslada Central. Aún más alarmante es la ausencia de un plan para detectar de manera proactiva dónde pueden producirse nuevos hundimientos.
El panorama es desolador. Los daños en la infraestructura ferroviaria persisten, con movimientos en profundidad que afectan las capas superiores, ocasionando torsiones y daños estructurales graves. Estas circunstancias agravan la incertidumbre y el malestar entre las familias afectadas, muchas de las cuales se ven obligadas a recurrir a la vía judicial para obtener compensaciones económicas que les permitan rehacer sus vidas.
La Plataforma denuncia la falta de atención a su principal demanda: un Plan Integral que no solo reconozca el impacto social y económico de esta crisis, sino que también contemple soluciones a largo plazo. Entre estas, solicitan la reposición de viviendas y servicios públicos, indemnizaciones adecuadas, y la regeneración del tejido urbano y comercial de la zona.
En un contexto de desamparo, las familias han denunciado que se les están retirando servicios básicos, como los guardamuebles, lo que agrava aún más su situación. “Nos están quitando hasta los recuerdos, después de toda una vida de trabajo y esfuerzo”, lamentan.
La movilización continúa. La Plataforma ha anunciado una nueva protesta en febrero, con la intención de teñir de naranja las calles de Madrid y enviar un mensaje claro al gobierno regional: no cesarán hasta conseguir dignidad, justicia y reparación para las víctimas de la Línea 7B. Además, este martes se concentrarán a las 18:00 horas en la calle Ventura de Argumosa.
A continuación, se reproduce la carta lanzada por la plataforma:
Durante el pasado verano el gobierno presidido por Isabel Díaz Ayuso ha dejado sin hogar a más de veinte familias que ahora se encuentran, como sus predecesoras, en la incertidumbre más absoluta. Tras la operación de demolición, el siguiente paso ha sido desarrollar nuevas obras de consolidación que no solo han tenido como objetivo la conocida como “Zona 0”, sino que han salido de este perímetro ocupado antaño por decenas de hogares. A través de dos contratos de emergencia, emitidos en julio de este año y dotados económicamente en Consejo de Gobierno el pasado septiembre, la Consejería de Transporte ha procedido a cerrar prácticamente toda la línea 7B desde Hospital del Henares hasta Barrio del Puerto. Este cierre se ha visto acompañado de diversas obras que, como la propia dirección técnica admite en sus escritos, son parches temporales y no una solución definitiva para este drama.
Actualmente en San Fernando de Henares se está interviniendo en el entorno de la estación de metro Jarama debido al hundimiento del túnel y, por extensión su entorno. Por otro lado, la empresa INTEMAC, encargada de hacer los estudios técnicos, ha verificado la disolución y filtración de sales en el trazado suburbano de Coslada. Especialmente entre las estaciones de La Rambla y Coslada Central. Lo más grave es que no hay ninguna planificación para detectar dónde se está produciendo esta disolución y, por tanto, donde hay posibilidades reales de hundimiento del suelo urbano. Por otro lado, los trabajos realizados hasta la fecha no han dado ningún resultado pues “han seguido registrándose asientos en la infraestructura ferroviaria” y los movimientos en profundidad “se están trasladando desde las capas inferiores a las superiores […] provocando torsiones y daños muy graves en la estructura de las consolidaciones”. La situación es gravísima.
Mientras esto sucede, las familias afectadas siguen siendo maltratadas. Decenas de familias tienen que reclamar por vía judicial una indemnización para poder costear una vivienda, eliminar las deudas adquiridas y adquirir nuevos enseres adecuados a la nueva realidad. Y, mientras esto sucede, se les está privando de servicios básicos como los guardamuebles, esenciales para mantener, aunque sea en un contenedor de un polígono industrial, los pocos recuerdos que quedan. En definitiva, toda una vida de trabajo y esfuerzo.
Esto se debe a que el gobierno de la Comunidad de Madrid no ha querido en ningún momento atender a nuestra reclamación principal: Un Plan Integral que devuelvan la vivienda arrebatada a las familias; que reconozca y repare los centenares de hogares dañados; que regeneren el parque de vivienda perdido y los servicios públicos derribados; que compense los daños y las pérdidas económicas a decenas de negocios. Esto no se ha hecho por falta de voluntad política.
Por esta razón seguimos reclamando soluciones justas. Desde el trabajo colectivo y la organización nos seguiremos movilizando para exigir lo que nos corresponde. Y ese trabajo empieza hoy. El próximo mes de febrero volveremos a inundar las calles en el centro de Madrid. Volveremos a teñir de naranja la capital para mandar un mensaje claro al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso: no vamos a bajar los brazos hasta que haya dignidad, justicia y reparación.
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